Este año estamos conmemorando el primer centenario de una de las obras clave de la literatura universal, el "Ulysses" de James Joyce. Pero la relevancia de la obra del escritor dublinés no se limita a su valor literario. También alcanza de lleno al mundo del Derecho, ya que su publicación en Estados Unidos desencadenó un proceso de censura resuelto finalmente en un tribunal federal. Y su sentencia sobre el asunto resultó clave para modificar la interpretación que hasta ese momento se había hecho de la legislación anitiobscenidad.
Cuando el "Ulysses" llegó a Estados Unidos se encontró con que una ley federal, la Tariff Act de 1842 facultaba a los agentes de aduanas a impedir la entrada de productos que considerasen obscenos. Y obviamente en cada puerto la decisión era muy distinta, de modo que a fin de unificar criterios, en 1928 se encomendó a los abogados de un organismo aduanero central, la Customs Bureau, que elaborasen una lista negra de obras prohibidas; una lista que ascendió a las setecientas obras.
El Ulysses de Joyce fue una de las obras que se vieron afectadas por aquella rígida legislación estadounidense que convertía a los agentes aduaneros en órganos de censura. La polémica residía principalmente en las escenas del protagonista en prostíbulos. Enfrentada a la imposibilidad de que la obra de Joyce circulase por Estados Unidos, la editorial Random House, que tenía los derechos de su publicación en aquel territorio, interpuso una demanda que culminó en una sentencia del Tribunal de Distrito Sur de Nueva York. Su resolución resolviendo este asunto se conoce hoy como "Ulysses case" (U. S. v. One Book Entitled Ulysses by James Joyce, 72 F.2d 705, 1934) y forma parte de lo que en el sistema judicial estadounidense se denominan como "leading cases", es decir, asuntos resueltos por la jurisprdudencia que marcan un punto de inflexión en la jurisprudencia.
La sentencia es relevante porque modificó algunos de los parámetros que los jueces habían empleado hasta entonces para decidir cuándo debía considerarse que una obra incurría en obscenidad. Para ello, hasta ese momento se había seguido como criterio el llamado Hicklin Test: se entendía que una publicación era obscena cuando "cualquier parte de la obra tienda a depravar o corromper a aquellos sujetos cuyas mentes sean permeables a tales influencias inmorales, y en cuyos manos pudiera caer una publicación de ese tipo".
El cambio operado por el "Ulysses case" en esa definición afectaba a dos aspectos relevantes: por una parte, para que una obra fuese obscena la nueva sentencia del tribunal entendía que no debían tomarse en consideración pasajes aislados de la obra, sino que ésta debía valorarse "en su conjunto". El segundo aspecto sustancial consistía en afirmar que para que una obra fuese obscena debía tener un efecto libidinoso no ya en "sujetos cuyas mentes sean permeables a tales influencias morales" (como rezaba el Hicklin test), sino en una persona normal ("average person").
Los cambios son de enorme trascendencia y modificaron sustancialmente la línea jurisprudencial sobre obscenidad que se había aplicado de forma inalterada en Estados Unidos desde 1879. El primer aspecto de los referidos obligaba a que el juez valorase una obra en su totalidad, y sólo la considerase obscena si la percepción global de toda ella así lo confirmaba. Bajo este argumento, el que el Ulysses contuviese algunas descripciones de contenido sexual no entrañaba que la obra fuese en su conjunto obscena, y así lo vio claramente el juez Woosey, ponente de la sentencia. La valoración de las obras en su integridad sirvió en lo sucesivo también como salvaguardia para las revistas y libros colectivos: que un artículo de uno de sus volúmenes fuese obsceno no justificaba ya prohibir la difusión de la obra, puesto que se trataba de un texto aislado y aquélla debía valorarse de forma global.
El segundo de los aspectos jurisprudenciales que cambió el "Ulysses case" no es menos trascendente. Bajo el criterio que hasta entonces había impuesto el "Hicklin test", una obra era obscena cuando podía afectar a personas inmaduras... y es obvio que a éstas casi cualquier tema puede respercutirles psicológicamente. El listón estaba por tanto demasiado bajo, y numerosas lecturas podían ser obscenas bajo tal parámetro. El "Ulysses case" subió ese listón hasta unos niveles mucho más aceptables: solo si un adulto con un nivel cultural medio podía considerar que una lectura era obscena, los jueces debían reputarla como tal.
Como puede verse, todavía había algunos aspectos vidriosos, como la ausencia de una definición más objetiva de obscenidad. Pero al menos el "Ulysses case" abrió el camino para llegar a ella, como veremos en otro momento.
Por cierto, que gracias a esta sentencia, el Ulysses de Joyce pudo ser publicado por Random House en Estados Unidos en 1932, diez años después de su nacimiento. Algo es algo.
Para conocer más: Aunque la bibliografía sobre el Ulysses de Joyce y su contexto es inabarcable, recomendamos la lectura de:
Birmingham, Kevin: The Most Dangerous Book. The Battle for James Joyce's Ulysses, The Penguin Press, London, 2014.
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